HISTORIA
Nuestro hotel brinda una evocación al espíritu y a las experiencias personales a través de una visión onírica, donde se detiene el tiempo y renace el viejo Mazatlán. Por medio de la arquitectura de interiores ofrecemos una experiencia auténtica y sensorial, que consiste en una atmósfera vibrante e impregnada del espíritu del lugar, de libertad e inspiración, donde los invitamos a experimentar cómo se siente Mazatlán.
El agua para las culturas prehispánicas es entendida como elemento que engendra al mundo, se creía que era un conducto entre lo humano y lo divino, tiene un significado de purificación, renovación y liberación. Se pretende que sea el parteaguas de la experiencia por descubrir. Hotel con 32 Años de Antigüedad
El lobby
Su estilo disruptivo y enigmático, como seña de identidad artística y obra de la arquitecta interiorista Fabiola Arce, nos sorprende primeramente en el lobby, generando curiosidades al espectador y usuario, donde una atmósfera envolvente y sofisticada nos invita a descubrir el conjunto de espacios interpretados por ella de cómo se representa Mazatlán, creando un vínculo entre el huésped y el espacio, a través del viaje y de la experiencia, es en este punto donde la diseñadora comienza a romper paradigmas de la concepción del espacio.
The hearts purpose – El patio interior
En homenaje al estilo nacional, podemos apreciar una clara reinterpretación sobre los multifamiliares mexicanos; estas viviendas se caracterizaron por surgir alrededor del centro histórico, las cuales se desarrollaban alrededor de las catedrales. Las “vecindades populares” llegaron a inmortalizarse en las películas del cine de oro, donde el famoso mazatleco Pedro Infante fue protagonista de varias películas como “Nosotros los pobres”. Cada habitación viene a representar una vivienda distinguiéndose por su peculiar espontaneidad en puertas y la numerología de estilo “handmade” que, por la noche, a través del diseño de iluminación, vienen a jugar un papel protagónico creativo e interactivo con el exterior.
Xlite Cocina de Autor
El restaurante se destaca por ser una de las joyas del hotel por su techo surrealista, inspirado en la vida cotidiana de ambiente íntimo y personal. Caracterizado por una atmósfera informal y elegante, rodeado de materiales naturales con concepto “open kitchen”, creamos la experiencia para que el usuario se deleite por medio de los sentidos.
La Cueva del diablo
Sin duda uno de los principales atractivos del Paseo Claussen, que viene a tomar protagonismo en el conceptual de Sereia, como elemento importante donde se les da motivo a los baños y se sitúa en su roof la zona privada. Hace más de 200 años, se decía que fue un lugar de piratas, donde escondían sus tesoros; después se rumoraba que, por sus fuertes olores a azufre, el diablo se había desatado en esa cueva, que también fue escondite de bandoleros o zona de ir al baño para los borrachos. Lo único que se tiene comprobado es que durante las obras del Paseo Claussen, era un lugar utilizado como la hielera de Mazatlán. Sobre el roof de la cueva del diablo, reposa una estructura rústica que compone la figura del triángulo; en algunas religiones tiene el significado de divino, reflejo de la omnipresencia, en el mundo esotérico, tiene como significado el sol, el fuego y lo masculino. En el hinduismo: el mantra. Por lo que este elemento viene a coronar de manera estigmática y mágica a Sereia abriéndole paso cada atardecer a la noche.
Sereia Sunset Club – Barra Fría Mazatleca
El espíritu de este espacio es la evolución de la carpa olivera en sus interiores, con sus hermosas celosías al estilo francés y los círculos por donde se podía apreciar el océano pacifico, interpretándolos por medio de espejos donde se logra reflejar el mar. Podemos apreciar el ‘telón’ con el que se enmarca esta área, acompañado de la tradicional carreta de mariscos que enlazan el presente con la historia del restaurante de La Carpa Olivera. Pero no olvidemos el motivo más importante de este spot: Cazar a la hermosa y misteriosa sirena.